miércoles, 24 de agosto de 2011



-Shel,mi alma-recomenzó-,dime …-y así hablaron dos horas o más,quizá sobre el Cabo de Hornos,quizá no,y en verdad,sería de muy poco provecho escribir cuanto se dijeron,porque ya se conocían tan bien que se podían decir cualquier cosa,lo que equivale a no decir nada o a decir cosas tan estúpidas y vulgares como el mejor procedimiento para hacer una tortilla,o dónde comprar el mejor calzado en Londres,cosas que,fuera de su marco,no tienen brillo,pero que,dentro de él,son de una pasmosa hermosura.Porque una sabia disposición de la naturaleza ha determinado que nuestro espíritu moderno casi pueda prescindir del lenguaje:las expresiones más comunes bastan,ya que ninguna expresión basta;por eso la conversación más vulgar es a menudo la más poética,y la más poética es precisamente la que no se puede escribir.Por esas razones dejamos aquí un gran espacio en blanco,lo que es señal de que el espacio está repleto.
(…) “
ORLANDO,Virginia Woolf

viernes, 19 de agosto de 2011

El bordillo de la piscina



En el bordillo de la piscina no puedes llevar puesto un abrigo con piedras en los bolsillos.
El bordillo de la piscina es solitario , y quema o refresca a partes iguales.Puedes sentarte y meter hasta media pierna dentro del agua sin necesidad de quitarte las gafas de sol.



En verano las cuatro de la tarde nunca son una buena hora para casi nada.Los días avanzan entre las disparidad del tiempo , y justo hoy, a esa hora, el sol me da de pleno mientras permanezco sentada en el bordillo de la piscina.Media pierna en el agua me ayuda a refrescarme ,y las gafas de sol me protegen de toda mirada indiscreta. A lo lejos una chica se ducha con sus gafas de ver puestas.Me gusta. Evidentemente no se moja la cabeza.Observar a la gente a cierta distancia dota a las personas de un halo especial,de la fantasía que nace del desconocimiento.Se dirige a la piscina y camina de una manera muy singular,no bonita pero dotada de cierto encanto inocente.Miro al frente,me desprendo de mis gafas dejándolas a un metro de distancia del bordillo,y sin pensármelo demasiado me sumerjo en el agua.Pienso en el miedo que nos produce la sensación de tirarnos siempre por primera vez,que es nada en comparación a los miedos que deberíamos tener realmente con respecto a otros aspectos de nuestra vida.Salgo y recupero mis gafas ,de pie a unos centímetros del bordillo;busco,de nuevo,a la chica.Está a punto de salir de la piscina,primero alza un pie ,se apoya en sus tersos brazos y luego sube el otro.Se aleja sacudiendo su pelo hasta que la pierdo de vista.Unos minutos después regreso a mi toalla,la cual absorbe mi humedad mientras el suelo calma mis palpitaciones;de fondo unas voces con acento francés acompasan mi aturdimiento ,fruto del cansancio y del sol.A mi alrededor,como diría ella,nadie lee “Antonio y Cleopatra”.

martes, 2 de agosto de 2011

Un cuarto propio

Renunciar al amor es fácil cuando ya lo has perdido.Toda historia está llena de terceros,y las hay ,incluso, de cuartos y de quintos.Renunciar al amor es tan fácil que tras negarme a él ha acabado persiguiéndome.
Esta mañana mi vida ha cambiado,y todo cambio interior viene acompañado de su mellizo cambio exterior.Vaciar mi habitación ha sido duro,físicamente.No duele tirar recuerdos ,de nadie.Y menos aún cuando enfocas tu vida en el presente (perfecto).Dos estanterías,escritorio y una bolsa enorme de cosas que hace un día no habría arrojado a la basura.Habitación vacía,nueva decoración.En las paredes una cruz roja y azul,una postal de Jules et Jim y un lexatín,el resumen de mi vida.Entre cajas con papeles,sobres y cartas…¡bingo!.Una carta.La cual no recordaba en absoluto y que lleva por título Carta de amor,brillante fruslería.La leo y a medida que avanzo mis labios desembocan en una pequeña sonrisa acompañada de un ligero brillo de ojos.Me parece que está bien escrita , llegados al punto de valorar las cosas por su perfección y no tanto por su sentimiento o intención.Me llega a gustar bastante,aunque es corta.En ella se describe a alguien por sus gestos y también por su físico,cosas algunas de las cuales ya había olvidado.Tal vez para éso sirvan este tipo de cosas, para no olvidar .He desprendido de una de las estanterías unas cuantas tablas para acondicionar libros,películas y cds.En una de las tablas he enmarcado la carta con un par de tiritas para niños pegando en cada esquina un post it rojo.Hurt.Lolita hurt me,pensé.Un decorado más en mi nueva habitación como elemento identificativo de mi vida.
Final del día.Me autoflajelo leyendo lo que publica tu nueva novia .Me recuerda a mi .No me duele,pero en ella atisbo el miedo que podía tener yo al pensar en perderte.Leo que le duele la parte de tu vida que corresponde a tus antiguos amantes y no a ella,el deseo que callas.Me reflejo en sus líneas.Demasiadas casualidades para este día.Y una vez más pienso en si lo que estoy escribiendo ahora mismo está bien redactado,estructurado,con el sentido y significado que quiero dotar al conjunto total del texto y a cada una de sus frases.Lo leo,lo releo,y me comparo ,y me obsesiono .
3:44.No madrugo,y tengo el antojo de volver a ver Ocho y medio de Fellini.Cuando viva en mi propia casa no habrá gotelé.

Nuestra casa

La casa se ha transformado en una habitación bonita,blanca.
La luz y los cuadros la diferencian de cualquier otra,
En cualquier otra parte.
La botella con agua que sirve como jarrón
Para la rosa que me traes cuando vienes a quedarte.

lunes, 1 de agosto de 2011

Verano del 2011

Las camisetas pegadas a la piel, empapadas en sudor, transparentemente blancas. Los dos jovencitos yacían exhaustos sobre la hierba.

- Dame un cigarro.

- Es el último.

- Lo compartimos.

Pequeñas gotas resbalaban desde la frente hasta la sien del más joven.

- Mañana es el último día.

- Sí.

Una ligera brisa les azuzó brindándoles con un microsegundo de placer.

- John.

- ¿Qué?

- Nada.

El más alto,Marcel,se incorporó y miró distraídamente a su alrededor.

- Mi madre nos estará esperando para comer-dijo.

- Claro.

Se levantaron y durante un segundo un halo de tensión rodeó sus cuerpos.Las manos de John sudaban y su cara de adolescente disfrazaba dolor.Marcel acarició su mejilla.

- Mañana será otro día-le dijo.

- Mañana estaré muerto-contestó.

Se miraron a los ojos.John se desprendió de su camiseta , salvajemente, como quien se rinde ante el calor y también ante la vida.El teléfono de Marcel empezó a sonar ;miraba a su amigo.. un tono,dos tonos..

- ¿Mamá? Ya vamos.(…) Muy bien.Un beso.

Colgó el teléfono y se giró.

-¿Vamos?

-Tú primero-contestó John.